viernes, 7 de septiembre de 2012

Tenis - Jugar a los 17

Por Federico Kotlar, enviado especial

Pedro Cachin es el único juvenil argentino en Flushing Meadows. Desde muy chico sintió el orgullo de representar a Argentina. En la charla con Clarín.com contó que de a poco va perdiendo el miedo a codearse con los más grandes.


En Twitter: @fkotlar - 02/09/12 - 08:25
El prejuicio es inevitable: un chico que a los 17 años está lejos de su familia, necesariamente está sufriendo. Pero no. Pedro Cachin, el único argentino que jugará en juniors en Flushing Meadows, se siente en el cielo. Se codea con los jugadores que admira y cada vez se siente más cómodo cerca de ellos. Todo mientras crece ese sueño de meterse en el circuito, que alimenta con sus duros entrenamientos en Villa María. En la ciudad cordobesa asume el desafío de vivir solo y apuesta todo a su carrera.

El día de Pedro es muy distinto del de cualquier adolescente en edad escolar. Se entrena de 9 a 12.30 y de 15 a 18, con doble turno tanto en la preparación física como en la técnica. Cuentan también quienes lo conocen que, fuera del tenis, le queda tiempo para desarrollar otra habilidad poco habitual: es un enorme cocinero que suele agasajar a sus amigos con platos exquisitos.

Pedro, actualmente 55° en el ranking de juniors de la ITF, tuvo que viajar solo a Nueva York, más allá de que antes de llegar a la ciudad visitó a algunos parientes en Miami. “Mi familia siempre está conmigo, pero no me pudieron acompañar no porque no quieran sino por un tema económico”, explicó en la charla con Clarín.com. Aseguró que no sufre por la distancia. “Te jode un poco no estar con tus amigos, con tus familiares, pero esto es así”, remarcó. Para después sentenciar, totalmente determinado: “Yo tengo la posibilidad de estar en un lugar en el que muchos quieren estar. Como en los Grand Slams. La paso muy bien y me gusta mucho”. Ni sombra de arrepentimiento por el camino elegido, está claro.

Su carrera está sostenida con algo de apoyo externo y mucho de coraje personal. Pedro contó que recibió apoyo de la Asociación Argentina de Tenis para los viajes, y que Prince y Adidas le proveen raquetas e indumentaria respectivamente. Pero es evidente que para que el tenis empiece a rendir como medio de vida habrá que tener paciencia. Otras cosas compensan ese sacrificio. Por ejemplo, el orgullo de representar desde bien chico a Argentina: ya jugó para el país Sudamericanos sub 12, sub 14 y sub 16, además de Mundiales sub 14 y sub 16.

Más allá de su estilo de vida distinto del de la mayoría, las opciones para sus ídolos son tradicionales: “Federer, que es el de todos, y Del Potro, que me parece un buen tipo y juega muy bien”, contó. Pedro ahora trabaja en sus entrenamientos para mejorar la movilidad, pulir el revés y aceitar la mentalidad para no decaer durante los partidos. Para el año que viene quiere jugar challengers y terminar dentro de los 10 mejores juniors de ITF. Y, aunque le gustaría ser el número 1 del mundo algún día, advierte que es muy difícil. “Estar entre los 50, los 20 mejores del ranking, sería muy bueno”, se sinceró.

Mientras se desarrollaba la nota en el jardín de los jugadores de Flushing Meadows, el cordobés sintió cerca una presencia divina: Roger Federer estaba sentado a pocos metros, dando entrevistas. Quería sacarse una foto con él y no dudó en pedírsela, pero el suizo estaba atado a una gran cantidad de notas de la televisión y al final no pudo ser. Va a haber otras oportunidades: esfuerzos como los de Pedro no pueden quedar sin premio.
FUENTE

No hay comentarios:

Publicar un comentario