Un viejo amor nunca se olvida, es por eso que para hacer sentir más
cómodo a Ezequiel, estuvimos en el lugar que lo vio nacer, el club de
sus amores, en La Calderita. Nos encontramos con el delantero de Vélez
Ezequiel Rescaldani, que viene de conseguir el ascenso a Primera
División con Quilmes, donde llegó a mitad de año y tras varios vaivenes,
terminó siendo parte importante del equipo.
¿Cómo viviste lo que te pasó el último fin de semana?
La verdad que fue muy especial, porque estábamos bien los cuatro,
estábamos muy parejos, por ahí de los cuatro equipos éramos él que
veníamos más de atrás pero en el final de los cuatro creo que fuimos el
que mejor terminamos. Obviamente que para mí teniendo 20 años, aparte
apenas llegué a Quilmes ni jugaba, me costó ganarme un lugar, y después
encontrarme que terminamos ascendiendo y era algo que parecía imposible,
entonces eso hoy me da una felicidad enorme, pero quiero destacar que
este grupo merecía esto.
¿Cómo fue tu llegada a Quilmes?
Se dio a mediados de Marzo, con la lesión de Telechea. En ese momento faltaban 14 fechas para que finalice el campeonato.
En aquel momento seguramente para vos fue una decisión
difícil, porque estaban las dos opciones, que no puedas mostrar tu
fútbol y eso pueda complicarte en un futuro en Vélez o lo que
afortunadamente sucedió, poder mostrarte y en poco tiempo conseguir un
ascenso.
Realmente tuve que arriesgarme, me podía salir bien como gracias a
Dios terminó saliendo o me podía salir mal, no sumar minutos y no
conseguir el ascenso algo que me hubiera dejado en otra posición a la
que estoy ahora, por ahí me hubiese costado más volver a Vélez para
pelear por un lugar.
Pero tomaste la decisión correcta…
Sí, por suerte sí (risas). Tal es así que la gente de Quilmes quiere
extender el préstamo un año más, pero Vélez no va a cederme. Si no me
hubiese ido bien seguramente tampoco estaría la chance de seguir en
Quilmes y la vuelta a Vélez sería más difícil.
¿Cómo fue tomar la decisión en ese momento?
Fue difícil, la tome rápido porque lo requería el momento ya que
cerraba el librote pases. Hable con mi papá y mi representante, entre
los tres tratamos de dar cada uno su opinión, lo que nos parecía.
Recuerdo que mi viejo no estaba muy conforme, pero yo tenía mucha fe,
por eso decidí firmar, aparte sabía que solo restaban 14 partidos o en
caso de llegar a una promoción hubiesen sido 16. Creo que esto último
influyó mucho en mi decisión, porque al no ser un año de préstamo,
decidí jugármela a pesar de saber los riegos que podía correr.
¿Antes de tomar la decisión, pudiste hablar con el director técnico de Vélez, Ricardo Gareca?
Sí, tuve la chance de hablar con él, ya que me llamaron un jueves y
la firma se dio un día después. Me dijo que era un desafío importante,
que en esos momentos en Vélez tenía por delante a Mauro Obolo y Lucas
Pratto que por edad y contrato tenía que darle más minutos, que en caso
de que si alguno se lesionara me iba a tener en cuenta. Pero para estar
esperando en reserva y por ahí mechar algunos partidos en Primera era
preferible bajar de categoría e ir a Quilmes que se encontraba peleando
arriba, que eran sólo 14 partidos y que me iban a servir un montón y que
en Julio iba a regresar con otro aire, con una buena experiencia. Por
suerte todo salió muy bien.
Y por el otro lado, el técnico que te quería era Ricardo Carusso Lombardi, ¿cómo se dio el acercamiento de él hacia a vos?
Fue muy gracioso lo que pasó. Un jueves a la tarde, estaba durmiendo
la siesta y me llama un número desconocido a mi celular y yo no atiendo,
me llama otra vez y así por lo menos cuatro o cinco veces. Entonces yo
para sacarme la duda le mande un mensaje preguntando quién era.
Obviamente no me respondió, imaginate que si me ponía Carusso Lombardi
iba a pensar que era una joda (risas), pero insistió y me llamó dos o
tres veces más, hasta que le atendí y era Carusso (risas). Hablé un rato
con él, me explicó como venía la mano, para que me quería, que iba a ir
en lugar de Telechea que se había lesionado, pero que no quedaba mucho
tiempo para firmar ya que el libro cerraba el viernes. Apenas corté con
él llame a mi representante para que se junte con los dirigentes de
Vélez y evalúen la posibilidad.
Más allá que Carusso Lombardi sea un técnico que siempre está
en las noticias por su forma de ser, no hay que sacarle méritos que
buscó en un juvenil con pocos minutos en Primera el reemplazo de hasta
ese momento el goleador de Quilmes. ¿Qué sentiste vos?
Si bien Carusso Lombardi me conocía de la reserva porque yo había
jugado dos o tres partidos en pretemporada de invierno del pasado año y
en la de verano de este año contra Quilmes y tuve buenos partidos en
donde convertí en casi todos, pero obviamente cuando me llamó para mi
fue una sorpresa, un desafío grande porque yo tenía pocos minutos en
Primera. Fue una gran alegría saber que me habían tenido en cuenta.
¿Cómo fue sumarte a un grupo nuevo?
Muy fácil, hay muy buena gente. A la semana no te digo que estaba con
la confianza a full, pero siempre me hacían un lugar, me dejaban
participar como si estuviera con ellos desde siempre. Imaginate que yo
llegué, mi primer entrenamiento fue un sábado, el domingo teníamos un
nuevo entrenamiento y yo no tenía ni idea como llegar a Quilmes, así que
Miguel Caneo y Leandro Díaz desde ese día y durante una semana me
pasaban a buscar para que yo pueda recordar el camino. La verdad esas
cosas dan mucha confianza, todo se hace más fácil.
Repasamos un poco tus partidos en Quilmes, ¿en cuántos te dirigió Carusso Lombardi?
Solo dos, luego se fue a San Lorenzo. El primero contra Huracán donde
solo jugué 10 minutos y el segundo contra Aldosivi que me dejó afuera
del banco.
¿Qué se te cruzó por la cabeza en ese momento?
Una bronca bárbara, me quería morir, me parecía que me había salido
todo mal, hablé con mi representante para rescindir el préstamo y
retornar a Vélez. Pero él me dijo que me tranquilizara, que solo iban
dos partidos, que recién empezaba y que todavía había mucho camino por
delante.
En esa semana asume rápidamente Omar De Felippe…
Él se presentó un jueves, recuerdo que se venía un fin de semana
largo, explotaba Buenos Aires, todo el mundo se quería ir. Salí de mi
casa, normal como siempre, pero tuve la mala suerte estaba cortada la
autopista Buenos Aires – La Plata, así que tenía que ir todo por abajo
hasta Quilmes, tenía GPS pero eso no me solucionaba el problema (risas).
Llamé a un directivo que era con quien más trato había tenido hasta ese
momento y le pedí que me explicara como llegar, le pedí la dirección
para poner en el GPS pero cuando la cargué no aparecía nada, me dije
estoy al horno, baje un poco, no recuerdo bien, pero me metí en
Avellaneda y estaba todo trabado, veía que no llegaba más, así que me
pegué la vuelta a mi casa y no me presenté en el entrenamiento. Así que
empecé de mala manera (risas), ese sábado jugamos contra Atlético
Tucumán, obvio quedé afuera, ese partido ganamos 4 a 0, el equipo andaba
bien así que pensé interiormente, ya está, no tengo más chances
(risas).
Pero la historia, por suerte continúo de otra manera…
Yo le expliqué a De Felippe que me había pasado, que yo me manejaba
con GPS y con la traba de la autopista me había perdido (risas), por
suerte esa tarde todos tuvieron problemas para llegar a horario y el
entrenamiento comenzó más tarde. Después las fechas iban transcurriendo y
yo ni figuraba. Sentía que me habían pintado, en las prácticas ni
jugaba para los suplentes, yo ya me quería volver a Vélez. Pero por
suerte después De Felippe me habló y me pidió que no baje los brazos,
que me iba a tener en cuenta, que él estaba conociendo al grupo.
Recuerdo que pasaron dos partidos más y no me tenían ni en cuenta,
entonces un fin de semana no jugábamos, nos tocaba hacerlo el lunes, así
que los que no jugábamos entrenábamos sábado y domingo, el lunes
partido para mis compañeros, yo estaba libre y el martes era libre para
todos. A mí me agarró la loca y después de terminar el entrenamiento del
sábado me vine para Leones sin avisar nada. Se armó un lindo revuelo,
muchos decían que me había ido porque no quería estar más en Quilmes,
así que tuve que salir a declarar que eso no era cierto, que no tenía
intención de cortar el préstamo.
¿Cuándo volviste a jugar?
Regresé contra Desamparados de San Juan, tuve la suerte de ingresar y
marcar un gol. Después fuimos contra Defensa y Justicia, también entre e
hice un gol. En el tercer partido también fui al banco, contra Gimnasia
de La Plata, que entré pero en este encuentro me expulsan sin haber
hecho nada y me dije otra vez la tengo que remar, me dio mucha bronca.
Regresaste contra Instituto pero con el dato que por primera vez ibas desde el arranque…
Sí, por suerte tuve la chance de jugar el partido que comenzó con
nuestra levantada, ganamos dos a cero en Córdoba. En ese partido me
quebraron el tabique nasal de un cabezazo, pero pude seguir, me costaba
respirar pero no tuve problemas para continuar. Sabíamos que de ganar
ese partido íbamos a pelear.
La penúltima ante Gimnasia de Jujuy de local…
En este encuentro tuve la chance de convertir el tercer tanto y en el
cuarto di la asistencia. Por suerte ganamos 4 a 0. Encima en esa fecha
se dieron resultados positivos, nosotros rogábamos que pierdan puntos
para llegar a la última fecha muy juntos todos.
¿Cómo fue esta última fecha?
Sabíamos que era duro, porque no dependíamos de nosotros, ya que para
ascender directo además de ganar teníamos que esperar algún otro
resultado favorable. Nos enfocamos solamente en ganar, ni preguntábamos
como iban los otros partidos. En el entretiempo me moría de ganas de
saber como iban los otros pero no lo hicimos porque si nos decían que
los demás resultados no nos favorecían por ahí nos caíamos. Pero en un
momento del segundo tiempo empecé a escuchar de la tribuna nuestra que
gritaron un gol, gritaron otro y un tercero, así que pensé si gritaron
tres tenemos que estar casi ascendidos (risas). Yo salí faltando diez
minutos, ahí si pregunte como estaban los demás y con el 3 a 2 abajo de
Central y el 3 a 0 de Ferro sobre Instituto me alegre porque sabía que
obteníamos el ascenso directo.
¿Qué nos podes decir de Aníbal Fernández como dirigente deportivo?
Todos los jueves comíamos un asado y él siempre venía, daba una
charla de motivación en cada asado. En todos los partidos de local
estaba presente y en la gran mayoría de los de visitantes también. Pero
él siempre nos apoyó, siempre confió en nosotros.
¿Cómo es Quilmes a nivel institución?
Una buena institución, por ahí pensé que era menos, la verdad que me
sorprendió, las cosas están muy bien, las canchas están en perfectas
condiciones, la utilería, la ropa, todo bien ordenado. Contento la
verdad porque una institución de esta categoría se merece estar donde
logramos clasificarla.
¿Cómo es la verdadera historia entre los jugadores y Carusso Lombardi?
Lo que yo te puedo decir es que su forma de ser a la hora de entrenar
queda totalmente de lado. A mi me dolió que me haya llevado y que se
haya ido tan rápido, yo por momentos pensaba que iba a quedar pintado.
Pero es obvio que el canto que se vio por televisión los jugadores no lo
sienten, el grupo tiene un gran respeto por él, es como cuando por
ejemplo cantábamos soy de Quilmes, yo no soy simpatizante de Quilmes,
pero en ese momento lo cantaba porque estoy jugando ahí y lo canta la
gente.
Para la ciudad, este torneo de la B Nacional ha sido muy
importante, además de vos también ha salido goleador y está peleando por
un ascenso desde la Promoción Gonzalo Castillejos con Rosario Central y
también tuvo una excelente participación Marcelo Guzmán con Patronato…
Después que logramos el ascenso, Gonzalo se comunicó conmigo para
felicitarme, hablamos un poco de todo, le dije que me imaginaba que
debía estar muy golpeado pero que no tenía que bajar los brazos, que
todavía tienen una buena oportunidad para conseguir el objetivo. La
verdad que lo que hizo “Chalo” en este certamen es una locura, uno
sabiendo lo difícil que es hacer goles ver que hizo 26 y fue el goleador
del torneo es para recontra felicitarlo. Ojala que se les de en la
Promoción, se lo merece, es muy buena gente, yo no tengo muchas
posibilidades de cruzarlo pero las veces que lo hicimos hablamos y el
gesto que tuvo el sábado fue excelente. Te cuento que arreglamos un
cambio de camiseta aca en Leones. Y con respecto a “Chelo” Guzmán,
cuando enfrentamos a Patronato en Paraná yo no viaje, quedé afuera, pero
como él jugó en Quilmes conoce a los utileros, los médicos y me hizo
llegar sus saludos, ellos no consiguieron estar entre los cuatro
primeros pero lograron algo muy importante que fue vencer a los cuatro
que quedamos arriba.
Ya con el ascenso bajo el brazo, ¿cómo continúa tu carrera?
Tengo hasta el 9 ó 10 de Julio de vacaciones y ahí vuelvo a Vélez
para pelear por un lugar. Además del torneo local también tenemos que
jugar la Copa Sudamericana.
Si vos tuvieras la posibilidad de elegir, ¿te quedarías en Quilmes un año más o tenés ganas de volver a Vélez?
Sería una linda chance jugar con Quilmes en Primera, supuestamente
tendría más chances que en Vélez, pero la verdad que lo que más quiero
es jugar en Vélez. Te insisto yo fui a Quilmes porque eran 14 partidos,
si hubiese sido por un año no se si iba. Igualmente también se que sería
lindo compartir más tiempo con este grupo hermoso que se formó en
Quilmes, sobre todo con las palabras que nos dijo Aníbal Fernández, que
la idea es desarmar lo menos posible este grupo, que ya cuenta con una
base armada.
Sabemos que Sarmiento para vos es muy importante, ¿cómo lo ves a pocos días de tener que jugar una nueva final con Leones?
El domingo voy si o si a la cancha (risas). Siempre de alguna u otra
manera estoy al tanto, cuando puedo estar acá un domingo me vengo a la
cancha, todos saben que me siento re identificado con Sarmiento, jugué
desde chico acá y lo re amo. Demás esta decir que el domingo estoy en la
cancha de temprano y más que mi hermano juega la final de Cuarta
División así que hay doble motivo (risas).
FUENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario