Escribe: Juan Pablo Morre
Rivadavia cambió de escenario pero el desenlace fue el
mismo: empate. Otra vez, de local, el elenco de Arroyo Cabral se
debió conformar con repartir puntos, esta vez al igualar 1 a 1
frente a Talleres de Bell Ville que, en los 180 minutos
cruciales que afrontó con el “Verde”, resultó “vencedor”.
El punto dejó, en materia de resultados, en una posición
difícil al “Verde”, que igual mostró una mejoría considerable
en cuanto a su producción, aunque la ineficacia en el arco
rival le impidió ganar y acumula tres cotejos sin victorias.
Ayer, el “Verde” modificó su inestabilidad temperamental
de los últimos encuentros por atributos futbolísticos (y
positivas apariciones en el plano individual) que le
permitió ser superior a un rival importante que demostró, en
el inicio del trámite, su capacidad tras ser contundente en su
primer arribo a fondo.
Apenas iniciado el partido se vio el primer desborde de
Domínguez, quien entró sin marcas sobre el área chica y, tiró el
centro atrás, donde Montiel -muy atento- le quitó el grito de gol a
Federico Depetris quien, un par de minutos más tarde, sacó un
remate (tras pase de su compañero de ataque) que el arquero
contuvo perfecto.
Dichas acciones, claras, reflejaron el intenso arranque del
“Verde”, como así también la propuesta de golpe a golpe con el
cual salió a jugar la visita que, cuando se instaló varios
minutos en el área rival, fue efectivo y anotó el gol que, a la
postre, fue determinante.
A los siete minutos y en una acción que nació en envíos aéreos
derivó a que Herrera y Garrido, tras captar rebotes y pasarse
la pelota, finalizó en un centro para que Prino asistiera al
solitario Matías Rodríguez, quien facturó con perfecto
derechazo.
Sentido por el gol, el local fue con ímpetu e imponiéndole
ritmo al trámite aunque ante un rival acoplado atrás le costó
vulnerar a Montiel como en los primeros minutos pese a que
continuó el muy buen trabajo de Domínguez y con la idea de ser
criterioso con el balón.
En contrapartida, Talleres, solidario para defender y
práctico para manejar los tiempos, replicó con peligrosidad
principalmente por la habilidad de Rodríguez y movilidad de
Cairo, dispuesto a receptar cada envío cruzado de sus
compañeros.
No obstante, la insistencia y el peso individual le
permitió al “Verde” tener chances de anotar su gol, que
finalmente llegó y justificadamente.
En primera instancia tuvo sus opciones con sendas
apariciones de Domínguez dentro del área (cabezazo a las manos
de Montiel y otro apenas desviado) y, ya sobre los 36, pese a que
sofocante calor se hacía sentir, llegó el 1 a 1. El tiro de
esquina de Facundo Depetris encontró el ingreso de Claudio
Andrada, quien puso el pie y la pelota se metió abajo, pegado
al palo derecho.
Con el empate, el “Verde” creció considerablemente ante un
Talleres que sintió el desgaste y quedó cerca del nocaut, pero
el “Verde” careció de ese golpe letal. Es que, con la mayor
participación de Pelé y la apertura de sus avances con “Facu”
Depetris y Strumia, el elenco de Santoni encontró variantes
positivas y desbordó a su oponente en los últimos minutos.
Y así fue que, pese a sufrir con una aparición de González tras
yerro de Márquez, generó notables situaciones para marcar,
aunque sin suerte. Es que, Fede Depetris no pudo en dos
ocasiones y Montiel se quedó con un tiro de Strumia.
Así, con un envalentonado Rivadavia, finalizó el primer
tiempo, donde el “Verde” podría haber tenido otro número en el
marcador, aunque Talleres, hasta el que gol que sufrió, cumplió
un rol inteligente y contundente.
Si bien el segundo tiempo no arrancó con la voracidad del
primero, continuó teniendo (y asumiendo) el protagonismo el
local, que no perdió tiempo para introducir modificaciones
para tener velocidad en las bandas y tal vez resignó
precisión, ante un rival que, en ataque, no inquietó en los
primeros instantes.
En ataque el “Verde” lastimó cada vez que apareció Domínguez,
pero repitió también las falencias, ya que siempre le faltó ese
“punch” final, como así también se encontró con un Montiel
inspirado como a los 14’, cuando el “1” rival le tapó un remate
de “Nico”, en la chance más clara del anfitrión en el primer
cuarto de hora.
Al no concretar, el “Verde” le dio respiro a Talleres que,
cuando encontró espacios en campo rival, también lastimó
aunque Gobbi, con notables apariciones, se quedó con los
intentos rivales.
De a poco, con el correr de los minutos, el cotejo -pese a que
el esfuerzo le quitó intensidad- se volvió dramático porque
el “Verde” nunca claudicó en sus ataques y continuó generando
oportunidades, como remates de Franco Rojas o el mismo
Domínguez, quien marró, increíblemente, su gol tras un tiro
libre al área.
Y tampoco le salió la última a Rivadavia cuando, en tiempo
recuperado, Márquez tomó la lanza y, tras combinar con
Giménez, quedó cara a cara con el arquero rival y disparó a
las manos de Montiel.
Finalmente, el 1 a 1 no se modificó y llegó el silbatazo
final de Rodríguez, para la felicidad de Talleres y la bronca,
por el resultado, del “Verde”, porque el hecho de no haber podido
ganar de local, ahora está obligado a ganar los partidos que
quedan para aspirar a la clasificación.
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