Con la garra del deportista
Elisa Lapenta, titular de H3o Sports, es entrenadora de
mediano y alto rendimiento en deportes de resistencia. Fue una destacada
triatlonista que integró la selección argentina y fue subcampeona de
Sudamérica. Hoy, tiene una red de casi 100 alumnos y es referente en el
país, en una actividad dominada por los hombres.
Por Roxana Acotto
Potencia,
constancia, disciplina, método. Esa es la idea que transmite con sólo
verla Elisa Lapenta, una cordobesa que se ha transformado en referente a
nivel nacional como entrenadora de mediano y alto rendimiento en
deportes de resistencia.
Casi 100 deportistas integran su cartera de alumnos a los que sigue
al pie de la letra, con un método al estilo alemán, como ella dice.
Pero también ella misma se entrena tres horas diarias, aunque ya está
lejos de los tiempos en que se dedicaba a competir y en los que cosechó
buenos éxitos. Para ella hacer deportes es casi como respirar, no
podría vivir sin eso.
–¿Es como una adicción no?
–Sí, tiene todas las pautas de una adicción, los comportamientos
obsesivos, con la diferencia que controlado, te hace bien. En lugar de
ser un círculo vicioso, es virtuoso.
–¿Cómo fue tu proceso en esto? ¿Entrenás a otra gente porque antes competías vos?
–No, siempre entrené a otros, aun cuando estudiaba. Después hubo un
tiempo en que competí fuerte, hasta que finalmente me dediqué
exclusivamente a entrenar a otros. Igual, yo entreno tres horas todos
los días.
–¿De chica amaste esto?
–Me gustaban las ciencias exactas, la educación física y la música.
Cuando me recibí en el Colegio Alemán me metí en el Famaf, quería ser
física nuclear. Mi idea era estudiar allí tres años, luego irme al
Balseiro en Bariloche y después ir becada a Alemania, país que había
estado a los 15 años por el intercambio del colegio y del que me
enamoré.
–¿Y?, ¿Qué pasó?
–A los seis meses me di cuenta que no era lo mío. Abandoné y me
anoté en el profesorado de educación física y en la Escuela de Lenguas
para hacer el traductorado de alemán. Me recibí en ambas y me fui a
Alemania, a hacer una especialización en alto rendimiento.
–¿Y al regreso?
–Me dediqué a full a entrenar personas. Fui durante seis años
entrenadora ayudante de Georgina Bardach, una experiencia importante.
–¿Para entonces ya no competías?
–No, ya no competía. En el colegio competí desde los ocho años en
atletismo, en handball, gimnasia deportiva y luego comencé a hacer
triatlón (natación, ciclismo y carrera a pie) en lo que competí durante
10 años, fui subcampeona sudamericana y selección argentina tres años
consecutivos.
–¿El del entrenador de alto rendimiento es un mundo de hombres?
–Y sí. Yo mujer, del interior, la verdad que muchas veces he sido
como un grano para los porteños que suelen definir a dedo a quiénes
llamar para que representen al país en las competencias internacionales.
Te cuento una.
–Dale.
–En 2006 yo tenía un triatleta que, se veía, tenía proyección
sudamericana. Ganaba todo en Argentina, entonces comencé a hablar con el
entrenador de la Federación Argentina de Triatlón para que me avisara
si lo convocaban para representar al país en los Panamericanos de Río de
Janeiro de 2007, quería que me avisaran con tiempo, porque hay que
comenzar, al menos, un año antes a hacerlo.
–Y nada...
–Nada, de resultas nos comenzamos a preparar igual. En marzo de 2007
se corre un triatlón internacional en Puerto Madero, vino gente de todo
el mundo. Fuimos con Lucas Cocha, y les ganó a todos. Allí se
acordaron. Yo tenía al mejor triatleta de la Argentina pero no se
dignaban a convocarme. Obvio que después lo hicieron. Cosas como esa, me
han pasado varias, varias veces.
–¿Cómo es tu trabajo?
–Tengo mucho de home office , Valentina, mi hijita, tiene
parálisis cerebral, así que organicé mi vida en función de ella que es
como un bebé de seis meses en un cuerpo de una nena de nueve años y
requiere atención las 24 horas.
–Entiendo, pero ¿cómo hacés?
–Tengo una niñera a la mañana para entrenarme yo y desde el mediodía
estoy con ella. También cuento con el apoyo incondicional de mis
viejos. Dos veces a la semana hago los controles de ciclismo y
pedestrismo y para los controles de natación, tengo dos chicos que me
ayudan en Bucor. Pero, en definitiva, trabajo mucho en mi casa, mando
los planes, contesto mails. Todos mis alumnos me tienen que pasar los
informes de la actividad realizada y en función de eso, el fin de semana
le mando a cada uno el plan de la semana siguiente. Planifico mucho,
tengo macroestructuras para cada caso, el que va a un mundial, el que
hace el half Iroman, cada uno organizado por carpetas en función de sus
características y objetivos.
–¿Atendés gente fuera de Córdoba?
–Sí, pero sólo en los casos en que estén dispuestos a venir, como
mínimo, una vez al mes para hacer control. Si no los veo, no lo hago
porque para mí entrenar es un proceso educativo a largo plazo que busca
como uno de los objetivos el rendimiento deportivo; pero es un proceso
educativo de voluntad, de perseverancia, de lucha y muchas cosas más que
nada tienen que ver con las tres horas de un maratón.
–Hay como una explosión de esta actividad ¿no?
–Sí, aquí y en el mundo. La tendencia del empresario finished, no
importa que gane, sino que termine. En las cinco grandes maratones del
mundo hay un circuito finished. Al empresario lo jerarquiza porque
demuestra que además de ser exitoso en su empresa se da tiempo para
entrenar tres horas por día. También hay muchas personas que quizá no
hicieron deportes y de pronto descubren en estas cosas algo que les
gusta, que les hace bien, les genera placer, y se ponen fanáticos.
–¿Tenés fanatizados?
–Claro que sí, en esto no hay uno cuerdo (se ríe), comenzando por
mí. Pero mirá, por ejemplo, tengo un master, o sea un adulto que
practica deportes a nivel competitivo, que es un abogado de 50 años. En
el último mundial de montan bike que se hizo en Sudáfrica quedó octavo,
un tipo que hace tres años era un cicloturista. Se pueden hacer cosas
maravillosas. Yo sé que estoy en el mundo para ayudar a las personas a
través del deporte. Puedo ayudar a gente a traspasar límites que ni
siquiera imaginaron que algún día se iban a atrever a pensar. Tengo
cientos de casos e historias que son una obra de arte.
–¿También es cada vez más la gente que entrena?
–Sí, se ha puesto de moda. El problema es que muchos hacen un curso
de tres meses y se dedican a esto, lo que me parece sumamente
irresponsable. Siempre digo que nos tendrían que hacer juicio de mala
praxis a los profes de educación física porque algunos les hacen daño a
la gente, las lesionan, les hacen abandonar el deporte. Ejemplo, para
preparar para un Iroman se requieren 100 semanas y hay gente que los
prepara en dos meses. Pero esa persona queda toda rota, es una verdadera
irresponsabilidad.
–¿Sentís que te puede haber afectado especialmente la
parálisis de tu hijita, siendo alguien que valora tanto la actividad
física?
–No, el don de madre prima sobre todo. Cuando me dijeron, a sus
cuatro meses (porque no se detecta al nacimiento), que la vida de Vale
iba a transcurrir sobre una colchoneta, tenía dos opciones: o me largaba
a llorar o me metía a la colchoneta con ella, y elegí tirarme a la
colchoneta junto a ella. El papá se asustó y desapareció, nunca más la
vio. Nosotras, tenemos una vida feliz, nos divertimos, nos queremos,
jugamos, callejeamos juntas. La verdad, no tuve tiempo de lamentarme, me
tuve que dedicar a ella. Mato y muero por ella. Y además, amo lo que
hago y tengo la suerte de poder vivir de lo que amo, soy feliz.
–¿Cuál es tu sueño?
–Como profesional ser entrenadora olímpica. Como persona, correr un
triatlón adaptado con Vale. Se corre con esa silla de ruedas adaptada
que ya me estoy haciendo y en la que uno va empujando, el nado es con un
arnés en el que llevás tirando un bote en donde iría Vale, y para
ciclismo, ahí sí se necesita una bici especial que es muy cara, para lo
que estoy buscando sponsor.
–Y en el camino a lograr el sueño...
–Sí, es que aun antes de ser mamá, siempre soñé correr un triatlón
con mi hijo. Y la verdad, yo pienso que el hombre siempre logra sus
objetivos, cuando no lo hace, es porque dejó de intentarlo.
Alemanitis
Nombre. Elisa Lapenta, 43.
Profesión. Profesora Nacional de Educación Física,
Entrenadora personal, Traductora pública nacional de alemán. Es
columnista de la revista Biciclub.
Hijos. Valentina (9).
Empresa. H3o Sports.
Actividad. Entrenadora de mediano y alto rendimiento especializada en deportes de alta resistencia.
Alumnos. 97.
Frase de cabecera. “Los que dicen que es imposible no deberían interrumpir a los que lo están haciendo”.
Película. Forrest Gump.
Deporte preferido. Triatlón.
Hobby. Tocar la guitarra.
Contacto. www.h3osports.com.ar
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