De Bell Ville a los Alpes
Gran DT. El cordobés Juan Carlos Bernegger jugó en Belgrano, pero hizo su nombre en Suiza. Ahora dirige al Lucerna, que va segundo en la Liga de ese país. Gran historia de fútbol.
Juan Carlos Bernegger fue jugador de aquel equipo de la Chacha Villagra,
Alonso y Monserrat. Hace 20 años recaló en el fútbol suizo y hoy es DT
del Lucerna que es sensación del torneo. Un historión.
La
vista que tiene en el Swisspor Arena es privilegiada. Es el estadio del
Lucerna de Suiza, donde el equipo que dirige un tal Juan Carlos
Bernegger hace de local en la Súper Liga de ese país. Y desde ahí, como
imagen de fondo, Los Alpes le dan el marco perfecto a esa postal.
Pero
este gringo nacido y criado en Bell Ville es feliz cuando vuelve a su
tierra. Allá, en el frío país europeo, tiene su nombre y su trayectoria.
Acá, en su ciudad y en su provincia, sólo se acuerdan de él su familia,
los amigos y algunos memoriosos.
“No cambio Bell Ville por ningún
lugar del mundo. Vengo acá y en dos días rejuvenezco. Es muy bueno
volver a mis raíces, me estimula el encontrarme emocionalmente con la
familia, amigos y revivir muchas cosas. Es acá donde se produjeron las
experiencias que fueron el motor de todo lo que vino después en Suiza.
Cuando vuelvo, me siento muy bien”, le cuenta Bernegger a Día a Día.
El
Moji, así lo llaman en su casa, subió a la primera de Belgrano de la
mano de Raúl Pucho Arraigada, junto al Tano Spallina, el Diablo
Monserrat y el Pisa Flores. Compartió equipo con Javier Sodero, la
Chacha Villagra y el Gringo Alonso. No pudo afianzarse como titular en
esa temporada previa al ascenso del Pirata en el ‘91 y, después de ese
gran logro, cuando el técnico era Carlos Biassuto, pidió quedar libre y
se fue a Suiza. Los recuerdos le brotan.
“Usaba pelo largo y con
Javier Sodero siempre nos acordamos porque ahora estamos pelados. Jugaba
de 8 o de 5 pero cuando estaba el Gringo Alonso, el Diablo jugaba de 11
y me tiraban de 8. Cuando subimos a Primera, me rompí ligamentos
cruzados y tuve un parate largo”, cuenta Bernegger, que ahora luce su
cabeza bien afeitada.
En tren de recuerdos, es ineludible la
referencia a Julio César Villagra, el ídolo de ese Belgrano. “La Chacha
jugaba de 10, un gran jugador habilidoso y muy sacrificado. Fue un tipo
muy humilde que siempre tenía palabras de aliento para los jóvenes. Y,
además de él, quiero recordar al utilero Oscar Díaz, a Jorge Guyón, el
profe Walter Juan. Son ellos, durante muchos años de sacrificio, las
personas que forjaron una identidad en Belgrano que ahora con todos los
éxitos, institucionales y deportivos, se afianza más. Se trabajó mucho
para transmitir con pocos medios, normas e identificación con los
colores y el club”, reconoció Juan Carlos.
–¿Desde allá seguís al Celeste?
–Sigo la carrera, me fui muy joven. Me comunico con Julio Constantin (DT de Reserva), que jugó en Suiza. Me pone contento ver al club así. Institucionalmente ha hecho progresos inmensos. Que en Argentina un cuadro del interior logre eso es muy importante y hay que valorarlo mucho.
–Sigo la carrera, me fui muy joven. Me comunico con Julio Constantin (DT de Reserva), que jugó en Suiza. Me pone contento ver al club así. Institucionalmente ha hecho progresos inmensos. Que en Argentina un cuadro del interior logre eso es muy importante y hay que valorarlo mucho.
–¿Cuándo te fuiste a Suiza jugaste allá?
–Poco. De Belgrano me fui para allá. Surgió la posibilidad de ir a Suiza pero, para poder jugar, tenía que quedar en libertad de acción. Regresé después de seis meses a Suiza, con 21 años. Empecé en un club de segunda, el Winterthur, pero me volví a lesionar, a los 10 partidos, y me operaron por segunda vez. La operación salió mal y me dijeron que tenía que dejar el fútbol. El club donde estaba me ofreció seguir ligado, en la formación de entrenador. A los cinco años, me recibí de técnico y empecé con las escalas, con el fútbol infantil. Ahí trabajé ocho años. Luego, pasé al Grasshopper, donde estuve ocho años coordinando la divisiones inferiores. Después pasé al Basel, en el que coordiné cinco años. Y desde abril estoy en el Lucerna, en mi primera experiencia como técnico de Primera. Hice dos interinatos, no me sentía capacitado para dirigir a ese nivel.
–Poco. De Belgrano me fui para allá. Surgió la posibilidad de ir a Suiza pero, para poder jugar, tenía que quedar en libertad de acción. Regresé después de seis meses a Suiza, con 21 años. Empecé en un club de segunda, el Winterthur, pero me volví a lesionar, a los 10 partidos, y me operaron por segunda vez. La operación salió mal y me dijeron que tenía que dejar el fútbol. El club donde estaba me ofreció seguir ligado, en la formación de entrenador. A los cinco años, me recibí de técnico y empecé con las escalas, con el fútbol infantil. Ahí trabajé ocho años. Luego, pasé al Grasshopper, donde estuve ocho años coordinando la divisiones inferiores. Después pasé al Basel, en el que coordiné cinco años. Y desde abril estoy en el Lucerna, en mi primera experiencia como técnico de Primera. Hice dos interinatos, no me sentía capacitado para dirigir a ese nivel.
–¿El sacrificio dio sus frutos?
–Los tiempos se fueron dando así. Yo traté de vivirlo con tranquilidad. El otro día, un amigo mío se emocionó y me abrazó felicitándome. Me recalcaba que todos los escollos que tuve que superar. La verdad, fueron momentos duros y ahora puedo estar donde estoy gracias a eso. Todo lo que me fue pasando me amoldó el carácter en otra sociedad muy distinta a la nuestra. Y allá son actitudes muy valoradas. Aprendí a decir no, me tuve que adaptar a distintas circunstancias. Todo suma.
–Los tiempos se fueron dando así. Yo traté de vivirlo con tranquilidad. El otro día, un amigo mío se emocionó y me abrazó felicitándome. Me recalcaba que todos los escollos que tuve que superar. La verdad, fueron momentos duros y ahora puedo estar donde estoy gracias a eso. Todo lo que me fue pasando me amoldó el carácter en otra sociedad muy distinta a la nuestra. Y allá son actitudes muy valoradas. Aprendí a decir no, me tuve que adaptar a distintas circunstancias. Todo suma.
–¿El fútbol se vive distinto en Suiza?
–Es una sociedad muy estructurada, donde el ciudadano recibe lo necesario para vivir muy bien. Lo que se vive en los clubes se relaciona también en cómo vive la sociedad. Igual, todo depende del éxito. A ese nivel, los puntos y las tablas se manejan parecido a Argentina. No hay tanto dramatismo, pero los procesos van de la mano de los resultados, sino no se sigue.
–Es una sociedad muy estructurada, donde el ciudadano recibe lo necesario para vivir muy bien. Lo que se vive en los clubes se relaciona también en cómo vive la sociedad. Igual, todo depende del éxito. A ese nivel, los puntos y las tablas se manejan parecido a Argentina. No hay tanto dramatismo, pero los procesos van de la mano de los resultados, sino no se sigue.
Un ilustre anónimo. Al forjar su carrera de
entrenador en Suiza, Bernegger disfruta del anonimato, salvo por algunos
medios de Bell Ville o algún periodista que se acuerde. Pero su carrera
se desarrolla con bastante éxito, aunque a él no lo desespera la fama.
“A
mí no me conocen en Córdoba. Me gusta venir a mi pueblo, estar con mi
familia. Tuve posibilidades de contactarme con gente que me dio todo
para desarrollarme lejos de mi país. Me forjé y me hice así. No busco
ese populismo porque se dio así. Estoy tranquilo y la vida dirá dónde
seguiré mis pasos”, contó.
Vino sólo a Bell Ville a pasar las
fiestas con sus padres Juan y Carolina. Su mujer Verónica, que es de
Leones y sus hijos Kevin, de 11 y Sofía de 7 años, se quedaron en Suiza.
La semana pasada ya volvió a hacerse cargo de la pretemporada de su
equipo, el Lucerna que luchará por bajar a Basel, el líder, que le lleva
un punto en la tabla.
Carrerón de la B
El bellvillense Juan Carlos Bernegger es DT del Lucerna de Suiza, sensación del torneo. De Belgrano, fue a parar allá.
“De
Belgrano me fui a Suiza y me volví a lesionar. Ese club me ofreció
seguir ligado. A los cinco años me recibí de técnico y empecé con las
escalas, fútbol infantil. Pasé por Grasshopper y Basel”.
“Quiero
recordar al utilero Oscar Díaz, a Jorge Guyón, el profe Walter Juan. Son
ellos, durante muchos años de sacrificio, las personas que forjaron una
identidad en Belgrano “.
Bernegger, a los Zielinski
Bernegger,
quien está muy informado de lo que pasa en el fútbol argentino y
especialmente en Belgrano, maneja un discurso muy parecido a Ricardo
Zielinski, su colega DT del Celeste. Cuando se le pide que defina cómo
está su equipo que terminó la primera rueda de la Liga Suiza como
escolta a un punto del Basel, no se la cree.
“No puedo pensar en
salir campeón. Lucerna siempre estuvo entre quinto y octavo puesto.
Después de salvarnos del descenso, caminamos bien el campeonato y no
tenemos problemas con la permanencia. Esperemos tener buena pretemporada
y poder sacar los puntos para estar tranquilos”.
Pero la
semejanza con el Ruso sigue y lo admite: “Trato de ser realista, no
vivir de las euforias. Es importante saber que nos salvamos, hay que
apuntalarlo con coherencia y hay que mantenerla. En eso, el club se
asemeja mucho a Belgrano, con otra potencia a nivel económico, pero
creando una unidad interna. Por lo que leí últimamente, Zielinski da una
imagen de conductor coherente y loable”.
–¿Nunca pensaste en dirigir en Argentina, específicamente en Belgrano?
–En mi profesión no sé qué puede pasar. Tomo las cosas como se van dando. Uno nunca sabe qué es lo que puede suceder. Si digo que sí me gustaría, suena a soberbio. Si digo que no, me pueden decir que no tendría ambición. Pero es la forma de manejarme.
–En mi profesión no sé qué puede pasar. Tomo las cosas como se van dando. Uno nunca sabe qué es lo que puede suceder. Si digo que sí me gustaría, suena a soberbio. Si digo que no, me pueden decir que no tendría ambición. Pero es la forma de manejarme.
–¿Cuál es tu objetivo en 2014?
–Me siento arraigado en Suiza. Quiero seguir mejorando, ser mejor entrenador. Capacitarme, estar a la altura de los objetivos y ver donde me lleva el camino. Siempre me manejé así, me forjé en inferiores, transmití principios, esto es muy volátil. Estar a la altura para mejorar y estos dos años brindar toda las expectativas que el club puso en mí. Si no me focalizo, puede ser perjudicial para el trabajo que desarrollo.
–Me siento arraigado en Suiza. Quiero seguir mejorando, ser mejor entrenador. Capacitarme, estar a la altura de los objetivos y ver donde me lleva el camino. Siempre me manejé así, me forjé en inferiores, transmití principios, esto es muy volátil. Estar a la altura para mejorar y estos dos años brindar toda las expectativas que el club puso en mí. Si no me focalizo, puede ser perjudicial para el trabajo que desarrollo.
Bernegger, historia de una carrera
Juan
Carlos Bernegger tiene 44 años. Nació el 9 de marzo de 1969 en la ciudad
de Bell Ville, Córdoba. Jugó en el Bell, pasó a Belgrano (de 1988 a
1991) y de ahí al Winterthur (1992 a 1994). Se lesionó, le salió mal la
operación de ligamentos y tuvo que dejar el fútbol a los 22 años.
Dirigió al club donde jugaba en infantiles, coordinó las inferiores del
Grasshopper y del Basel. Actualmente es DT del Lucerna, que marcha como
escolta en la Súper Liga de Suiza, detrás del Basel.
"Suiza puede ser una gran sorpresa"
Conocedor
del fútbol suizo como pocos, el cordobés Bernegger sabe que la
Selección Argentina se puede cruzar con Suiza si pasa a octavos de final
en el Mundial de Brasil.
“Si los jugadores allá se adaptan al
clima, a los pastos altos de los campos de juego y a la humedad, Suiza
puede ser la sorpresa del Mundial. Tiene una buena base de jugadores y
pueden andar bien”, contó el entrenador.
De Argentina, el mismo
Bernegger opinó: “Si mejoran en la defensa, es una selección candidata a
ser campeón. Sabella está trabajando en eso y ojalá le vaya de lo
mejor”.
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