martes, 21 de diciembre de 2010

Estadios de la Liga Bellvillense Violencia sin control

foto titular
Por: Julio Llabres

Se torna difícil comenzar una crónica sobre la violencia si no se parte de un relato disparador para que nos posiciones en tiempo, lugar y circunstancia y así tratar de comprender lo que por lógica no tiene razón de ser.
En el contexto de la actualidad argentina, los tiempos que corren hacen que todo parezca efímero y que los actos de violencia se produzcan en pequeños lapsos de tiempo y se nos exponga a espectáculos dantescos cada vez más a menudo que lo de costumbre.
En el Torneo Clausura de la Liga Bellvillense de Fútbol, solamente en dos de los últimos seis partidos cotejados por equipos de la ciudad de Leones, no hubo actos de violencia en los estadios que se disputaron los encuentros.
Lo preocupante y todo un tema para analizar, es que la violencia ocurre al enfrentarse equipos de Monte Buey y de Leones.
San Martín vs. Sarmiento
Cuartos de final ida. El equipo Demonio debe retirarse del Estadio custodiado por la Policía de Córdoba porque se les arrojan botellas y proyectiles. Es agredido y lesionado el periodista Jorge Cabrera de Bell Ville en el Hotel donde se alojaban los árbitros.
Matienzo vs. Leones
Semifinal ida. Agraden cobardemente a los jugadores Balzi y Ortega del Triguero, las personas son identificadas y reconocidas por jugadores y directivos de Leones, aún no hay novedades respecto a sanciones del club local y del juzgado que investiga el hecho.
Leones vs. Matienzo
Semifinal vuelta. Hay hostilidad a la llegada del plantel visitante al Parque sobre todo en los vestuarios y por la ubicación del banco de suplente. Mariano Oviedo recibe un violento golpe en su cabeza con un elemento contundente, se le produce un tajo sangrante pero el encuentro se realiza.
Sarmiento vs. Matienzo
Final vuelta. El encuentro no comienza porque los árbitros no están en condiciones físicas y emocionales para dirigir el partido de Primera, tras haber sido agredidos en el encuentro de Cuarta División, disputado por los clubes Sarmiento y Matienzo.
Mucho historial violento, para tan solo seis fines de semanas futboleros y para un campeonato de una liga del interior de la provincia de Córdoba.
Los hechos violentos, no necesariamente son producidos por "la masa", para que sea tomado como espejo de su propia sociedad que los alberga. La falta de tolerancia y la descalificación permanente del otro son huecos por donde se derraman las actitudes individuales y colectivas con poco margen de tolerancia y se manifiestan en los cánticos xenófobos, en las expresiones vertidas en las redes sociales, en los insultos desde la impunidad de las masas, aunque esto parezcan tener cierto rasgo folclórico. Ej. "Sos de Bolivia y Paraguay…" "Yo te grito cag…, yo te voy a ir a buscar a tu casa, sabemos donde vivís…".
Este hecho sucede en grandes públicos donde la alienación tiene mecanismos que solo se pueden ver cuando ocurren sucesos arrastrados por la masificación. Hechos que no se producirían si fuesen aislados o fuera del estadio porque exhibiría a la persona al ridículo y además experimenta la pérdida de valor para llevar adelante esta acción que culturalmente le es reprochable. Como en toda acción hay excepción, y es cuando el individuo esta fuera de control por consumo de psicofármacos, drogas o alcohol.
El informante, desde su nacimiento asumió el compromiso de tratar con seriedad a la información, y para ello debió asumir riesgos físicos, emocionales, patrimoniales y otros para cumplir con el objetivo de informar a Leones.
Cualquier periodista de Buenos Aires, un trabajador de los medios de los miles que trabajan en la Ciudad Autónoma, son virtuales desconocidos, personas anónimas que pueden caminar por un shopping, un estadio, un cine, o cualquier otro lugar con despreocupación de que su labor no le provocará el reproche de nadie, ni nadie le objetará ningún error por no chequear información. Ej.: Nombres mal escritos, redacciones tendenciosas, etc.
El periodista de nuestra zona, el de Leones, debe convivir e interactuar con toda su comunidad. Debe chequear y re chequear hasta la información más naif (inocente), analizar, evaluar y volver a hacerlo nuevamente, con todas las expresiones gramaticales que se verterán en los distintos semanarios, para no herir susceptibilidades de vecinos, conocidos, compañeros o amigos.
El trabajo se vuelve doblemente costoso y más complicado en todos los sentidos.
La TV y el cine hicieron que el espectador pierda, en cierta manera, la perspectiva de lo que esta mirando, mezclando de modo inconsciente la espectacularidad, con la realidad y la ficción. Al ver una fotografía nadie se pone en el cuerpo del cronista gráfico para saber en que circunstancia ha disparado el obturador de la cámara.
El lector cuando lee El informante y observa las fotografías, solo juzga si son buenas o no. Pero para que esa foto sea un verdadero documento periodístico debe haber un fotógrafo que "dispare" centenares de veces una cámara fotográfica para obtener "la instantánea" a publicar.
En la Final del Torneo Aperura de la Liga Bellvillense de 2009, donde Matienzo obtiene el campeonato en La Caldera, se sucedieron hechos violentos que fueron inmortalizados por las instantáneas de El informante, donde se retrata ya sin la adrenalina, tensión y dramatismo lo vivido por jugadores, hinchas y policías.
El domingo pasado en La Calderita, los fotógrafos trabajaron de igual manera que siempre, pero la tensión del momento volvió a disparar lamentables circunstancia, donde algunos alienados y exaltados, debido a la resolución de la Final de Cuarta División entre Sarmiento y Matienzo y la posterior agresión entre jugadores, árbitros y policía; insultan e increpan al cronista gráfico de El informante, conocido, vecino que a menudo lo cruzan en la calle; sin otro motivo más que reclamarme otra manera de cómo tenía que hacer yo, mi trabajo.
Fui increpado porque me pedían que sacase fotografías de los destrozos que se estaban produciendo en el sector del corner SUR-ESTE de La Calderita. Con éste pedido me hicieron acreedor a irreproducibles insultos, sin pensar (lógicamente porque actúan masificados y alienados) que nosotros esas fotografías las podíamos tener, de hecho ya la teníamos porque somos profesionales y sabemos lo que estamos haciendo, ya que había otro fotógrafo que estaba registrando ese momento.
En el instante que soy increpado teníamos 5 minutos para que salgan los equipos de Primera División, tiempo suficiente para la producción de la sección "Los que siempre acompañan" que tiene excelente recepción en los lectores del periódico.
También ahí pusimos el cuerpo.
Personas que ves cotidianamente te prometen la paliza de tu vida y te insultan de pura ignorancia. ¿Cuándo El informante tuvo temor o realizó concesiones para publicar una foto o un artículo periodístico?
El informante fue el único medio de Leones que interpuso, en un momento de suma tensión, sus cámaras fotográficas entre la Fuerza de Choque de la Infantería, la Policía, la hinchada y los árbitros, para retratar ese momento en una instantánea. La cuarteta arbitral, temerosa y compungida abordaba en un ambiente tenso el remis que los sacaría de Leones, en medio los empujones, gritos, riesgos de refriegas y con peligro para la integridad física de todos los que allí estaban presentes.
El pulso se acelera y la adrenalina fluye por el torrente sanguíneo, y esto no tiene otro nombre más que profesionalidad, dedicación y respeto por los lectores que todas las semanas eligen a El informante como el periódico de cabecera.
En estos momentos tensos siempre están los amigos y conocidos de toda la vida, algunos presentes en esa tribuna de donde partieron los insultos, a los que les agradezco que se hayan contactado para solidarizarse conmigo, al tiempo que quiero resaltar los gestos de suma grandeza de algunas personas que se comunicaron para ofrecerme sus disculpas, y que fueron aceptadas con la pronunciación de las primeras palabras.
Los que hacemos El informante entendemos perfectamente cuales son las reglas del juego, y hemos recibido muchas críticas, insultos, "apretadas" que dejamos fluir, pero lo cortéz no debería quitar lo valiente, vivimos en una ciudad pequeña y la violencia parece que nos está desbordando por todos lados y sería bueno saber poner el pie en el freno y decir: "En esta no entro, quiero otro Leones para mí y los míos". 
 

FUENTE El Informante

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