NO a la Coca Cola por su contenido en azúcar, gas anhídrido carbónico y ácido fosfórico.
La explicación es esta:
Una ración de Coca Cola, Pepsi cualquier refresco similar proporciona
una dosis de azúcar equivalente a unas 9 cucharillas de azúcar blanco
refinado, que van a parar directamente al torrente sanguíneo, al que
acidifican en un santiamén. Este azúcar/sacarosa es el alimento de la
Tierra que más rápida y drásticamente acidifica el organismo.
Para contrarrestar el aumento radical y repentino de la acidez de la
sangre que produce cualquier refresco carbonatado de cola dulce y para
restablecer un equilibrio viable del pH de la sangre antes de caer
muertos de acidosis, habría que beber rápidamente 32 vasos de agua
alcalina. Como nadie los bebe, el cuerpo reacciona enseguida extrayendo
grandes cantidades de calcio orgánico de los huesos y de los dientes y
vertiéndolo en el torrente sanguíneo para neutralizar el exceso de
ácidos y recuperar rápidamente el equilibrio alcalino. El calcio es el
agente alcalinizante más potente del cuerpo…. Esa respuesta defensiva al
exceso de acidosis se ha convertido en una de las principales causas de
osteoporosis, sobre todo en EEUU donde el consumo medio asciende a 53
cucharillas de azúcar blanco al día.
Pero no es sólo el azúcar
de los refrescos lo único que hace que se acidifique la sangre. La
carbonación se produce introduciendo gas anhídrido carbónico y
sellándolo a presión. Este gas es un producto de desecho del organismo
humano y uno de los que más contribuyen a la acidosis.
Para
empeorar aun más la situación, el ingrediente activo en la mayoría de
esos refrescos es el ácido fosfórico que tienen un pH sumamente ácido:
2,8. Puesto que la sangre humana debe mantener en todo momento un pH
ligeramente alcalino de 7,35, arrojar en el estómago una “bomba ácida”
de azúcar más anhídrido carbónico más ácido fosfórico provoca un vaciado
rápido y constante de los recursos de calcio del cuerpo.
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